Uno de los descubrimientos más sorprendentes
acerca del lenguaje mental es que nuestro cerebro tiende a ignorar la palabra
"no". Tú estarás pensando: "¿Cómo es eso de que el cerebro no entiende
la palabra no? Yo entiendo la palabra no". ¡Claro! Lo que sucede es que
como el cerebro piensa en imágenes, cuando utilizas una expresión en la que se
encuentra la palabra "no", lo único que consigues es dibujar en la
mente aquello que se pretendía negar. Es posible que el siguiente ejercicio te
permita apreciar mejor esto. Quiero que te detengas un momento y visualices un
árbol. Mientras lees, piensa en un árbol cualquiera y obsérvalo claramente en
tu mente. Deja de leer por unos segundos mientras fijas esta imagen en tu
mente. Ahora, mientras continúas leyendo, trata de mantener esta imagen
presente en tu mente. Quiero que visualices frente a ti ese árbol verde y
frondoso. Concéntrate en sus ramas y hojas verdes. Ahora, quiero que no veas
una manzana roja en ese árbol. ¡No veas una manzana roja! Para asegurarte que
estás bien concentrado, una vez que termines este párrafo, cierra los ojos y concéntrate
nuevamente en el árbol verde y frondoso, teniendo mucho cuidado de no ver una manzana
roja en él. No veas ninguna manzana roja. Vamos cierra el libro y haz un
esfuerzo. ¿Por casualidad viste una manzana roja colgando del árbol?
Seguramente que así fue, ¿noes cierto? ¿Por qué sucede esto? Las instrucciones
fueron claras: ¡No veas una manzana roja! Es muy sencillo, puesto que el cerebro
piensa en imágenes, él simplemente se enfoca en la parte positiva de dicha
orden y hace su imagen ignorando la palabra "no". Esto es evidente
con los niños, que es con quienes más utilizamos esta palabra. Si un niño está
gritando y le dices: "No grites", muy probablemente lo seguirá
haciendo. Cuando le dices: "No des portazos", es como si le hubieses
dado una orden directa para que lo haga. Cuando le dices a un niño: "no
debes correr dentro de la casa", ¿qué imagen dibuja esta orden en la mente
del niño? Correr por la casa, ¿no es cierto? Y éste es precisamente el
comportamiento que deseas cambiar. Así que en lugar de cambiarlo,
inconscientemente lo estás reforzando en la mente del niño, ya que estás
ayudándole a mantenerse enfocado en esta imagen. En lugar de decir eso di algo
así como "quiero que camines despacio cuando estés dentro de la casa".
Esta nueva orden no sólo dibuja una imagen totalmente distinta a la anterior,
sino que le permite al niño visualizar lo que tú deseas que ocurra. ¿Ves la
enorme diferencia que logra el diálogo interno adecuado? Finalmente, cuando
estés practicando mentalmente algo que vas a realizar, no utilices el “no",
porque lo único que harás será reforzar la acción que quieres evitar. Antes de
entrar a una entrevista, cambia el "ojalá no me ponga nervioso" por
un "me siento calmado y seguro".
No permitas que tu diálogo
interno se convierta en un obstáculo en tu camino hacia el logro de tus sueños.
De qué nos sirve esto? Para empezar, cuando estés fijando tus metas, evita
utilizar la palabra "no". Si una de ellas es dejar de fumar, deja de
decir "no quiero fumar más", porque tú cerebro sólo escuchará,
"quiero fumar más y creará imágenes donde te veas fumando. Utiliza los
términos y las palabras que dibujen las imágenes de los resultados que deseas
obtener. En lugar de decir, "no quiero fumar más puedes decir algo como
"gozo de una salud óptima; amo tener mis pulmones limpios y poder respirar
profunda y fácilmente”. Te das cuenta de la enorme diferencia que hay en las
imágenes que creas en tu mente cuando lees y pronuncias estas palabras? Y cada
vez que lo digas será más fácil visualizarlo. Recuerda, tú no atraes aquello
que quieres; tú atraes aquello que puedes visualizar claramente, y esta
visualización es el resultado de utilizar el lenguaje correcto y crear en tu móntela
realidad que deseas experimentaren cierta ocasión, un participante en uno de
mis seminarios me preguntó: "¿Pero, cómo puedo decir eso si aún no he
dejado de fumar?" No importa, le respondí, si lo comienzas a decir con
convicción y entusiasmo, comenzarás a crear en tu mente una nueva imagen mental
-una nueva realidad-; estarás reprogramando tu subconsciente con un nuevo
comando. Pronto verás como tu mente comenzará a ayudarte a que tu realidad
exterior sea consistente con tu nueva realidad interior y con las metas que te
hayas propuesto.
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